domingo, 26 de abril de 2015

Nuestra niña interior

"Que nada ni nadie te quite la sonrisa nunca"


Hola a tod@s!! 
En esta entrada me gustaría compartir mi experiencia en la actividad realizada en clase hace dos jueves, en la que teníamos que llevar una imagen nuestra de cuando eramos niñas y una frase que le diríamos a esa niña, que aún tenemos en nuestro interior.

En mi caso, elegí una fotografía de cuando tenía cuatro años, porque creo que es una de las mejores etapas de la vida de las personas, no existen los problemas (y si se tienen son pequeños, relacionados con los juegos la mayoría de las veces) y la felicidad llega con cualquier pequeño detalle, por muy simple que sea. 
Cuando eramos pequeños, normalmente, teníamos todo lo que necesitábamos para ser felices, aprender y crecer, al alcance de nuestra mano sin necesidad de esforzarnos demasiado, porque siempre estábamos rodeados de personas que nos querían mucho, y a día de hoy nos siguen queriendo las que siguen con nosotros, y que eran capaces de hacer lo que estuviese en su mano por vernos sonreír. 


Esta es la fotografía que yo elegí. Es una foto que me encanta porque me hace recordar algunos momentos vividos junto a todas esas personas, aunque debido a la corta edad que tenía no puedo recordar todos los que me gustaría.
La frase que yo decidí que tenía que decirle a esa niña que aún llevo dentro es: "Que nada ni nadie te quite la sonrisa nunca". Mi elección se debe a que siempre, pase lo que pase creo que es necesario sonreír, porque creo que con una sonrisa todo se lleva mejor. 
También he elegido esta frase, porque una de las cosas que me caracteriza es la sonrisa, desde que era pequeña he sido muy risueña y por este motivo creo que no debo perder esa sonrisa nunca. 

En definitiva, esta actividad me gusto mucho realizarla por que me ayudo a recordar todos los buenos momentos vividos en mi infancia con la gente que me ha querido y aún me quiere, los que están y los que, por desgracia, ya no están aquí.
P.D: La sonrisa es la máxima expresión de la mínima felicidad, y la felicidad nos mantiene vivos. 

Ana Parrón.

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